jueves, 6 de noviembre de 2008

Mañana: el conocimiento conectado


Para llegar al próximo estadio de la educación en el siglo XXI deberíamos, primero, lograr una inversión equilibrada en equipamientos informáticos tanto en la escuela como en la casa. Segundo, conectar la casa con la escuela y a las escuelas del mundo entre sí por los medios de comunicación más avanzados. Lo repetimos, en lugar de ladrillos tendremos que aprender a invertir más y mejor en comunicaciones: bits por segundo versus metros cuadrados.
En la actualidad sólo algunas universidades avanzadas se han atrevido a impartir sus cursos a distancia, otorgar títulos y certificados, a través de redes digitales y videoconferencias. En cambio, las pocas experiencias digitales a distancia realizadas con establecimientos secundarios o técnicos son claramente insuficientes. En efecto, para mantener un diálogo educativo genuino y satisfactorio, es preciso mantener la continuidad del programa a distancia pero comprobamos que los costos de mantenimiento de la red y de las comunicaciones son aún demasiado altos para la mayoría de las instituciones de enseñanza. Sólo la desregulación de las comunicaciones y la sana competencia podrán cortar el nudo que encadena a la educación a un modelo presencial inmutable y retrógrado. La sociedad global exige imperiosamente que esta situación se revierta cuanto antes.

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