
En la actualidad sólo algunas universidades avanzadas se han atrevido a impartir sus cursos a distancia, otorgar títulos y certificados, a través de redes digitales y videoconferencias. En cambio, las pocas experiencias digitales a distancia realizadas con establecimientos secundarios o técnicos son claramente insuficientes. En efecto, para mantener un diálogo educativo genuino y satisfactorio, es preciso mantener la continuidad del programa a distancia pero comprobamos que los costos de mantenimiento de la red y de las comunicaciones son aún demasiado altos para la mayoría de las instituciones de enseñanza. Sólo la desregulación de las comunicaciones y la sana competencia podrán cortar el nudo que encadena a la educación a un modelo presencial inmutable y retrógrado. La sociedad global exige imperiosamente que esta situación se revierta cuanto antes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario